ME GUSTAN LAS COSAS SIMPLES (¡Estas son las cosas que gustan a mí!)

Este título y estribillo de una canción de Favio me caen a mí también como anillo al dedo. En la serenidad de esta edad dorada disfruto de la vida como me gusta hacerlo: con sencillez, con humildad, sin presumir ni pretender nada. Me levanto bien temprano, preparo mi café negro que consumo sin azúcar, disfruto a solas del Señor y del trabajo que emprendo para Él cada mañana como un voluntario de su Reino.

Oculto de los ojos de los hombres y detrás de un micrófono realizo la edición diaria de la Meditación de Hoy y de la Escuelita Menor de Westminster. Agradezco tanto a Dios el poder hacer todo el proceso solo, para que quede a mi gusto. No podría hacerlo igual ante los ojos de la gente. Es un precio que mi timidez y el pudor de mi alma nunca han podido negociar. Además, ningún técnico toleraría tener que editar en una grabación un error tras otro, un prolongado silencio, tener que insertar una palabra o eliminar una sílaba de otra que leí mal. Tampoco yo me atrevería ser tan exigente con nadie como lo soy conmigo mismo. Y, luego, producir el video para poderlo publicar en las redes sociales. ¡Parece mentira que menos de cinco minutos de producto final, a veces tomen hasta tres horas de trabajo sin parar!

Ya a media mañana, Carmen prepara el desayuno, regularmente con mis papas favoritas y germinados mixtos producidos en casa; de vez en cuando, arepas colombianas con sal, otras veces con sorullos, avena, tocineta, huevos, sardinas o lo que aparezca en la despensa para inventar.

Ya desayunados salimos, a lo menos dos o tres veces por semana, a nuestras "atracciones" favoritas de la Florida central: los pulgueros o mercados: Stoke, Webster, The Villages, Marion, Eustis, Floral City, Spring Hill, Howard; los Goodwill, los Thrift Store, y Salvation Army. Nada me da más placer que observar una carita satisfecha, feliz y triunfal de alguna persona humilde que consiguió por poquito dinero algo que andaba buscando, y que tal vez de otra manera no hubiera podido adquirir.

Y en el camino de ida y vuelta nos ponemos al tanto de los productos y tratamientos naturales por medio de las grabaciones que llevamos de las instructivas entrevistas realizadas por Patrick Timpone. Otras veces, nos acompañan nuestros favoritos de siempre: Leonardo Favio, Rafael Amor, Facundo Cabral, Alberto Cortez, Nino Bravo, Mecano y Joan Manuel Serrat.

Casi siempre encontramos algo curioso y a un precio irresistible. Carmen se especializa en las figuritas de cerámica, blancas con diseños azules. Yo me deslumbro con las plantas y arbolitos. Si supieran qué feliz me hecho sembrar, cosechar y consumir nuestros propios gandules, tomates, lechuga, pimientos, recao, perejil, ajíes, brécol, zanahorias, limones y albahaca . Y ahora en espera de las chinas (naranjas), toronjas y granadas. Y para completar la dicha he vuelto a tener Moringa, Neem, Guanábana, Parcha, y algunas plantas medicinales como el llantén, limoncillo, hierba luisa y sábila. Hace poco conseguimos una planta comestible, rara, con el mismo sabor del berro. Y para cerrar con broche de oro, Flor de Jamaica blanca y roja.

¿Qué más les podría contar? Que nos adueñamos visualmente de un campo que no es nuestro, de sus mañanas con densa neblina y sus espectaculares puestas de sol; y de las vacas con sus novillitos que juguetean y corren a su antojo por la extensa llanura. De unos conejitos con sus rabos blancos que nos visitan tempranito en la mañana y finalizando el atardecer. Que nunca falta alguna de estas apacibles criaturas que se detiene a mirarme o a examinar la manera en que me enternecen. Razón por la cual le he dicho varias veces a mi esposa que estaré regresando al vegetarianismo puro. Y los sábados, por alguna razón misteriosa, bandadas de pajaritos de diferentes clases y colores vienen tempranito a hacer de su baño una fiesta familiar en las piletas del vecindario. ¡Qué más les podría contar. ¡Estas son las cosas que gustan a mí!

Y lo que me quedó por decir, que mejor lo diga Favio por mí.